DEMOSTRADO: IR A ALMOGÍA, ES TONTERÍA

ALMOGÍA ATL. 4 - 1 UD ROSARIO

Alineación UD Rosario
Juan; Tato (Javi T.), David M. (Elías), Gordillo, David A. (Veleta); Diego, Rubén, Raúl, Rando, Jorge; Alberto
Partido de fútbol que tranquilamente hubiera firmado cualquier equipo de la comarca cuando se jugaba en las eras y los pies se exponían continuamente al esguince con cada paso dado en esos terrenos tan irregulares. El campo no era como los de antaño, aunque, para los tiempos que corren, es un atraso mantener esos alberos vacíos de tierra. El juego fue calcadito al de hace medio siglo por parte de ambos conjuntos. Desde el Rosario nos hermanamos con Almogía para que, como rezaba una pancarta que mostraron los locales antes del choque, los consistorios se dejen de mentiras y falsas promesas y empiecen a construir un campo digno para el año 2010.

El encuentro propiamente dicho fue nefasto para nuestros intereses. Más allá de la abultada derrota lo realmente negativo fue la lesión de David Melero que esperemos sólo se quede en un susto. Ánimo.

Lo que se vio sobre el campo no es para extenderse en demasía. Balonazo para allá, balonazo para acá. Falta colgada. Córner. Saque de banda al barullo. Un juego arcaico acorde con el terreno.
La primera parte, no obstante, fue favorable para nuestros intereses. En una falta sacada por Rubén, Diego peinó suavemente la pelota inaugurando la faceta goleadora de la temporada para los nuestros. La concentración defensiva se mantuvo durante estos primeros 45 minutos y, aunque se tuvieron algunos sustos, se llegó con una mínima ventaja al descanso.
En los vestuarios tuvieron que echar cloroformo porque el Rosario salió totalmente dormido y, fruto de ello, al cuarto de hora los almogienses habían dado la vuelta al marcador. La apatía se instaló definitivamente en el equipo. A pesar de algunos intentos aislados, otro regalo nos costó el tercero en contra. Los minutos finales sirvieron para que ocurrieran muchas cosas. Todas en contra. Un penalti marrado, un balón al palo y, para terminar con el desastre defensivo, nos cascaron una papa desde el medio del campo que el chaval no va a olvidar en su vida (no la voy a olvidar ni yo).
Está claro que es un campo gafe para nosotros y, esperando que sólo sea un accidente, podamos remontar el vuelo la semana que viene "en casa" contra un Cuevas de San Marcos nuevo en la categoría.
El crack: David Melero. Enorme hasta su lesión. Nos recordó a centrales de antaño con fuerza, valentía e, incluso, buenos balones en largo para que nuestras bandas aprovecharan su velocidad. Una lástima su pérdida.