Otro derbi, otra derrota. No hay manera de que le hinquemos el diente a nuestro más directo rival. En estos 3 años ha habido partidos donde se ha jugado mejor, peor o a un nivel parejo. Pero el resultado, a excepción de aquel empate en el reencuentro, tras 10 años sin fútbol local, siempre ha sido favorable para el Trabuco, eso sí, casi siempre por la mínima.
En esta ocasión en categoría juvenil y con un encuentro que, como mínimo, el Rosario no se mereció perder. Ambos conjuntos dominaron una de las partes. La diferencia fue que los trabuqueños aprovecharon una jugada a balón parado al comienzo del choque para plasmar su superioridad durante los primeros 45 minutos mientras que los saucedeños, en una segunda mitad donde encerraron a su rival, no tuvieron la fortuna suficiente para equilibrar un resultado que hubiera sido lo más justo tras lo visto en el terreno de juego.
Una de las cosas que más se notó y que marcó la diferencia es la falta de días de entrenamiento de nuestros chavales. Entre la lluvia, los escaqueos y la incertidumbre por si se acabaría la temporada después de la espantada del Rincón, se ha perdido un tiempo muy valioso en el que se podían haber mejorado muchas cosas. Sólo con la ilusión de hacer morder el polvo al Trabuco no se va a ningún lado, hay que estar siempre al máximo y pensar que lo importante no es el rival que tienes enfrente, sino el escudo que se defiende.
Este sábado hay que ir a Antequera a cumplir con dignidad ante un rival muy duro. Montañas más altas se han subido.
¡¡¡¡¡¡¡VAMOS MI ROSARIO!!!!!!!
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