Partidos como el que han vivido nuestros cadetes este sábado en Tapia son los que, de manera inesperada, pueden llegar a ser determinantes para lograr el objetivo final en una temporada. Durante casi todo el choque el Rosario marcó el ritmo del mismo. Sólo la falta de decisión en la definición y la gran actuación del portero tapiense hicieron que los últimos minutos se vivieran con más nervios de los que cabía esperar. Esos nervios ya afloraron con el pitido inicial y en los primeros instantes no se veía al equipo dominador de otras ocasiones. Sin rapidez en el movimiento de la pelota y con algún desajuste defensivo se estaba tonteando con la posibilidad de que los locales se adelantaran en el marcador y poner muy cuesta arriba el encuentro. Pero sobre el ecuador del primer acto, la situación se normalizó y el Rosario (aún sin desplegar un fútbol tan vistoso como otros días) comenzó a asentarse sobre el campo y a crear oportunidades que, de una manera u otra, no querían entrar. El trabajo defensivo local también puso de su parte. Entre la maraña de piernas en que se convirtió el área tapiense, Juan Carlos encontró un resquicio y pudo meter la puntera para batir, de una vez por todas, al meta rival. No quedaba mucho para el descanso y la ventaja serenó a los nuestros que, poco después, aumentaron la ventaja con un gol de Chivo (todavía con la boca abierta y los ojos como platos). La victoria parecía estar definitivamente encarrilada. Nada más lejos de la realidad.
En la segunda parte nuestro equipo fue poseído por el "síndrome de la escopetilla de feria". Un sinfín de contraataques en superioridad, faltas al borde del área o tiros de lejos que nunca encontraban el premio hacían que la incertidumbre sobre un posible traspiés mantuviera en vilo al público asistente. La congoja se apoderó totalmente de la afición saucedeña (tampoco es que hubiéramos muchos) cuando, a falta de más de 10 minutos, Tapia recortó distancias en una de las pocas oportunidades que tuvieron. Un golazo, por cierto. La cosa se complicaba en demasía y se presentaban unos últimos momentos de tensión y donde la más mínima relajación podría dar al traste con mucho de lo hecho hasta la fecha. Aunque la superioridad seguía siendo manifiesta por parte saucedeña, el tercero no estaba dispuesto a llegar y, en un par de ocasiones el empate sobrevoló el ambiente con algunas contras locales con más intención que buena ejecución. Al final no llegó y se consiguió dar un pasito más en esta mágica campaña que nos están brindando estos chavales.
Sin sufrimiento no hay gloria y los 7 partidos que restan para concluir la liga regular deben tomarse con la máxima concentración, la máxima tensión, compañerismo sin excusas e intentar dominar los nervios y transformarlos en motivación. Haciendo esto, sea cual sea la posición final en la tabla, podréis sentiros orgullosos de lo conseguido.
El crack: Visto lo visto con José, de aquí al final de la liga me voy a abstener de colocar a nadie en esta sección. Por lo que pueda pasar. Además, vosotros mejor que nadie sabéis que vuestra verdadera fuerza es el equipo. Ese es el auténtico crack.
3 comentarios:
Los juveniles han caído 5-1 en el campo del líder, Campillos. Según me han dicho, durante la primera parte han dado la cara adelantándose, incluso, en el marcador. Un gol al final de ese periodo que suponía el empate local y la escasez de repuesto en el banquillo hicieron imposible aguantar el segundo periodo donde recibieron 4 goles más. Seguramente se dio bastante mejor imagen que la semana pasada. Vamos chicos que esto tenéis que remontarlo vosotros. Y podéis hacerlo.
Muy buena cronica Juan; esperemos que tengamos más acierto en los proximos partidos. En cuanto a los juveniles; tienen que a seguir luchando; y espero que los 11 jugadores que fueron a Campillos, tengan su recompensa; que ellos si que tienen un par... Vamos mi Rosario.
Que verguenza de arbitraje han sufrido los seniors, es indignante q un año tras otro estos señores de antequera vengan a reirse asi de un pueblo.
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