AÑO NUEVO, MISMA TÓNICA

HUMILLADERO 3 - 2 UD ROSARIO

Alineación UD Rosario

Juan; Jorge, Milu, J. Miguel, Veleta; Elías (Cristóbal), Jero, Pincho (Arturo), Rubén, Jesús (Gordillo); Alberto

Desde el gol de Rubén que abría el marcador hasta el empate local (unos 20 minutos de la primera parte), se vio la superioridad que se le presuponía a nuestro equipo ante un rival que habita en las profundidades de la clasificación (sólo 2 victorias hasta ayer). El resto del partido si se califica con la palabra desastre se queda uno corto. Ni el último cuarto de hora, con superioridad numérica, se apretó a Humilladero que con un par de buenos jugadores y poniéndole más ganas, campaban a sus anchas haciendo que el resultado final se pudiera considerar, incluso, algo escaso para la cantidad de ocasiones que dispusieron. Lo más contradictorio es que, aún así, se pudo ganar. Y fácil.

Hasta que nos pusimos en ventaja, mediado el primer acto, los humilladerenses gozaron de varios acercamientos con peligro aprovechando, una y otra vez, las facilidades defensivas que ofrecía el Rosario. En dos de estas aproximaciones, que no acertaran con la portería saucedeña fue, sencillamente, un milagro. El marcador, para nuestra suerte, no se movía. En una jugada aislada donde, por una vez, un jugador saucedeño controlaba el balón dentro del área, Alberto realizó una gran maniobra y, ante la salida a la desesperada del meta local, cedió generosamente a Rubén que sólo tuvo que achuchar el esférico para poner en franquicia a los nuestros. Aquí tuvimos nuestro momento. Durante los minutos posteriores al tanto, el Rosario se hizo dueño de la pelota, no permitía a Humilladero elaborar y, con pases más intencionados a la espalda de la defensa, acumuló varias oportunidades para desnivelar definitivamente la contienda. Unas veces por mala suerte y otras por paradas salvadoras del portero, la ventaja permanecía en el mínimo y cualquier despiste podría poner otra vez el partido cuesta arriba. Y llegó ese despiste justo en el peor momento. El descanso acechaba cuando una serie de errores colocaron a su delantero solo frente a Juan. Esta vez no lo desaprovechó y puso el empate que, aunque de manera cruel para nuestros intereses, hacía justicia a lo visto en los primeros 45 minutos.

La segunda parte fue, desde el comienzo, un auténtico caos. En los primeros compases de la reanudación, otro gol psicológico a la mochila. Esta vez fue en un córner, tras varios golpeos de cabeza de unos y otros, el más listo fue, de nuevo, un rival. Se encontró una pelota llovida y, totalmente solo desde el punto de penalti la puso, con la testa, fuera del alcance de Juan. Quedaba tiempo de sobra para remediar la situación, pero las cosas cada vez salían peor. Ninguna ocasión clara se pudo contabilizar a nuestro favor, con un juego donde se obviaba el centro del campo y las bandas no tenían la profundidad necesaria. Los balones frontales se convirtieron en la única alternativa. La defensa local se colocó en la frontal de su área y vivía con cierta tranquilidad. Si no fallaban ellos iba a ser muy difícil darle la vuelta al resultado. Humilladero no se dedicó exclusivamente a defender, es más, las oportunidades más claras (y varias) las tuvieron ellos. Sus contras producían verdadero pánico a las huestes saucedeñas. Tras una de ellas, Juan realizó una espectacular triple parada a sendos tiros a bocajarro. ¿Para qué sirvieron? Para ceder un córner donde, otra vez están más espabilados y, desde dentro del área pequeña, el central local, metiendo la puntera, se anticipa a todos y pone el 3-1. Este mismo jugador nos dio una mínima esperanza. Se ganó la expulsión al quitarse la camiseta (ya tenía que tener ganas con la pelúa que estaba cayendo) provocando su segunda amarilla y consiguiente expulsión (la primera ya debió ser roja directa). De poco, o nada, sirvió. Lo único reseñable de este cuarto de hora final fue el penalti provocado por Alberto que transformó Jero. El colegiado no dio tiempo para más y se consumó una derrota justa y ganada a pulso.

El crack: Alberto. Su lucha, siempre encomiable, se vio acompañada por la decisiva participación en los dos goles (asistencia y penalti provocado) y, sobre todo en los minutos que se achuchó con la ventaja en el marcador, demostró su velocidad y puso en jaque en varias ocasiones a la defensa local.

PD: Veo el pabellón, tan bonito, tan terminado y tan inútil que no sé qué más debemos esperar para poder disfrutarlo. ¿Qué falta para inaugurarlo?