ASÍ HASTA EL FINAL

UD ROSARIO 3 - 1 UD RONDA

Alineación UD Rosario

Juan; Javi, Elías (J. Miguel), Milu, Veleta; Gordillo, Rubén (Toble), Jero, Jorge, Rando (Pincho); Alberto

Tuvo que llegar el líder a Las Clavellinas para que este equipo enseñara todo su potencial y se demostrara a sí mismo que, aún con importantes bajas, pueden competir sin problemas ante cualquier conjunto de esta categoría. Parece imposible pensar que estos mismos jugadores eran los que la semana pasada se vieron totalmente superados por uno de los colistas de la clasificación. Ahí que darse cuenta que todos los partidos hay que afrontarlos con la máxima motivación e intensidad.

Nada de eso le faltó al encuentro de este domingo. Ambos conjuntos imprimieron un ritmo cardíaco a la primera mitad. Ronda intentaba imponer su jerarquía y, por medio de las bandas, comenzó a llegar con peligro a las inmediaciones de Juan. La defensa saucedeña se mantuvo firme ante las oleadas visitantes sin rehuir el contacto y con seguridad en los despejes.

El Rosario también acechaba el área rival. Unas veces con robos de balón tras una buena presión y otras con rápidas combinaciones desde la defensa se plantó varias veces con peligro ante el meta Rondeño.

La igualdad en las llegadas no se tradujo en el marcador. Por una vez esta temporada, la suerte nos sonrió y de las 3 ocasiones claras que tuvieron ambos contendientes durante los primeros 45 minutos, los únicos que acertaron con el gol fueron los jugadores saucedeños. Jorge primero y luego Rubén culminaron dos grandes acciones en las que participaron varios miembros del equipo. Los últimos minutos antes del descanso no nos dejaron ninguna sorpresa desagradable y, con 2-0, la batalla se tomaba un respiro.

Tras la vuelta de los vestuarios Ronda salió dispuesto a cambiar las tornas e intentar, con un gol, meterse de nuevo en el choque. Simplemente, no pudo. Mejor dicho, el Rosario no le dejó. Durante la segunda parte, salvo alguna llegada aislada a balón parado (un remate al larguero los pudo meter en el partido), el que tuvo trabajo, y mucho, fue el portero visitante. En tres o cuatro ocasiones salvó in extremis el tercero que cerrara, casi definitivamente, el choque. Ronda abrió el cuarto de la leña y hubo algunas entradas que pudieron resolverse con algo más que amarilla mientras las oportunidades se sucedían por parte local. Pero el gol no llegaba y en cualquier despiste se podía volver a los fantasmas de anteriores encuentros. Esta vez no. Alberto se regaló un más que merecido tanto para rubricar un partido en el que fue un incordio constante para la defensa Rondeña. La excesiva prolongación que concedió el colegiado sirvió para que los visitantes se fueran con el orgullo intacto al anotar el gol que dibujaba el definitivo 3-1 con el que se llegó al final.

Una pregunta: ¿Creéis que Ronda se puede explicar, tras los dos partidos que habéis jugado contra ellos, que no le estéis peleando el ascenso? Pues yo tampoco, pero queda toda una vuelta para, por lo menos, disfrutar y regalarle cada victoria a Diego y J. Román que necesitan todos nuestros ánimos para que se recuperen lo antes posible de sus graves lesiones, eso sí, que se lo tomen con tranquilidad y sin prisa por volver a jugar, que ahí cosas bastante más importantes.

El crack: Jorge. Juan estuvo muy seguro y salvador en alguna ocasión; la defensa, capitaneada por Elías, se fajó saliendo victoriosa, casi siempre, con los delanteros visitantes; el centro del campo, con Jero asumiendo los galones, repartió juego y no dejó actuar a los rivales, Rando fue un auténtico puñal por la izquierda (tuvo que ser sustituído tras una fea entrada) y en la delantera, Alberto no paró en ningún instante y ahí momentos que parece que se duplica. Pero es que Jorge realizó un partido sublime. A sus constantes subidas y bajadas por la banda, sumó un gol, una asistencia de gol y varias jugadas en las que volvió locos a medio equipo rival que terminaban en la mayoría de ocasiones, optando por la mejor solución. Varias asistencias más dio que pudieron ser aprovechadas para conseguir un marcador escandaloso. Así no hay quien pueda con él en toda esta categoría.