domingo, 13 de diciembre de 2009

EL QUE NO SENTENCIA...

MALAKA B 1 - 1 UD ROSARIO

Alineación UD Rosario
Juan; Cristóbal (Jorge), J. Miguel, Elías, Seúl (Veleta); Pincho (Diego), Rubén, Jero, Rando, Alberto; Toble (Jesús)
A un minuto del final, en la única concensión que dejó nuestra defensa en todo el encuentro, se desvaneció la oportunidad de sumar otra nueva victoria. El trabajo del equipo lo hizo merecedor de la misma. La mala suerte lo impidió.
Los primeros 15 minutos del partido es donde se vivieron las situaciones más peligrosas en el área saucedeña. No se habían cumplido 60 segundos desde el pitido inicial cuando el Malaka tuvo su ocasión más clara. Juan (segurísimo toda la tarde) sacó una mano prodigiosa en un remate a bocajarro de un delantero local. No fue gol, pero ejerció un efecto similar en los dos contendientes. Los malagueños, con un juego muy elaborado, tuvieron varias llegadas en las que el balón rondaba con demasiada soltura la portería visitante. El Rosario no terminaba de asentarse en el campo. No había manera de poder enlazar más de dos pases seguidos de jugadores saucedeños. Pero, cosas del fútbol, en un córner forzado a traganúos, José Miguel recibió un premio a su constancia. Inauguró el marcador al aprovechar, en la línea de gol, una gran asistencia de Jero con la cabeza. El tanto activó defensivamente a los nuestros y el Malaka, aunque seguía siendo dueño de la posesión, comenzaba a tener más problemas para verse cara a cara con nuestro portero. En algún que otro barullo en el área pudieron sacar provecho, pero les costaba un mundo encontrar un remate claro. Los visitantes, basándose en el orden y la solidaridad en el esfuerzo de sus componentes, se desesperezaban poco a poco en ataque y se iban acercando con más asiduidad a la meta contraria. Rozaron, en un par de ocasiones, un segundo gol que, sinceramente, hubiera sido demasiado premio para lo visto en esa primera mitad.
La historia del segundo acto fue radicalmente diferente. Aunque el guión era el mismo y la pelota la seguían amasando los locales, éstos perdieron toda su profundidad y, con el paso de los minutos, cada vez se veía más inexpugnable la defensa saucedeña. Seguramente los jugadores dirán otra cosa pero, desde fuera, parecía que no pasaban ningún apuro a la hora de contrarrestar el juego del rival. Con sólo un gol de ventaja y, por muy cómodo que te sientas, no puedes basarte, exclusivamente, en el trabajo defensivo. Hay que dar sensación de peligro arriba. El Rosario lo consiguió con creces. Rando encontró un filón por su banda y, durante todo este periodo, los contragolpes saucedeños se sucedían haciendo impensable que no se consiguiera otro tanto para asegurar la victoria. Por difícil que resultara, no se pudo materializar ninguno. Unas veces la mala suerte (un tiro de Rando dibujó una carámbola más propia del billar) y otras los excesos, tanto de confianza como de precipitación, hacían que la posibilidad del empate continuara dando alas a los malagueños. En el fatídico descuento se confirmó esa máxima del fútbol que castiga al que perdona en reiteradas ocasiones privando a los nuestros de una victoria que tuvieron muy al alcance.
La pérdida de estos dos puntos no debe empañar el gran esfuerzo realizado teñido, sobre todo en la segunda parte, con gotas de buen fútbol. Estamos reencontrando el camino de principio de temporada además de recuperar, poco a poco, jugadores lesionados. Cristóbal reapareció tras una baja prolongada dejando la enfermería un poco más vacía.

El crack: Juan. Un día en el que todos los jugadores saucedeños rayaron a buen nivel, Juan personificó el gran trabajo defensivo con una actuación muy segura y, en ocasiones, brillante. No regaló ningún rechace, se mostró confiado en todos los balones colgados en su zona y atento cuando algún delantero rival le ganaba la espalda a la defensa. Iba a sumar su segundo partido consecutivo sin encajar un gol cuando ocurrió la jugada desgraciada en la que nada pudo hacer.

No hay comentarios: