Partido sin mucha historia el disputado este domingo en las Clavellinas. No la tuvo porque los 90 minutos se desarrollaron de manera lineal, es decir, el Rosario dominaba sin un fútbol brillante pero sí efectivo y creaba situaciones de peligro con regularidad, algunas realmente claras. Almogía, mientras tanto, balonazo tras balonazo, no lograba, salvo en contadísimas ocasiones, inquietar la meta defendida por Juan (muy atento todo el partido).
Para tranquilidad del respetable, que se congregó en gran número poblando las gradas del "estadio", siempre estuvo más cerca la sentencia local que el empate. Sólo un tiro lejano al final de la segunda parte, que rozó el larguero, puso algo de emoción a un choque que parecía estar resuelto a pesar de lo exiguo del resultado. Antes, Rando en un mano a mano, Alberto y Jero, con sendos remates que pusieron el gol en la boca de los aficionados pero no en el marcador, tuvieron las oportunidades más claras para finiquitar de forma definitiva el encuentro. El partido murió con la noche cerniéndose en el horizonte y con 3 puntitos más en la buchaca que permiten al Rosario seguir muy arriba en la clasificación haciendo de nuestro campo un fortín. En 3 partidos, otras tantas victorias, 11 goles a favor y sólo 2 en contra.
Partidos como éste te hacen llegar al final con posibilidades de conseguir algo importante. Si ganas y dominas sin sufrir, aún sin tener un día inspirado en ataque, se suman muchos puntos que permiten no despegarse de la cabeza a una distancia que luego resulte irrecuperable. La semana que viene se presenta otro duelo vibrante a domicilio en un campo siempre difícil como es Cañete. Difícil, pero no imposible.
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