ESPECTÁCULO MAÑANERO

ATL. SAN JULIÁN 3 - 5 UD ROSARIO

Alineación UD Rosario
Juan; Javi (Rando), Milu, Román (J. Miguel), Veleta; Elías (M. Ángel), Alberto (Jesús), Jorge, Diego, Rubén; Jero

La liga comenzó con una victoria importante ante un rival del que no se tenían muchas referencias y, lo que es más relevante, a domicilio.
El partido fue raro y, conforme avanzaba el tiempo, se complicaba cada vez más. Digo raro porque el control del partido fue, en todo momento, saucedeño. Quizás, los 5 últimos minutos de la primera parte y los 5 primeros de la segunda se vieron algunos desajustes que, desafortunadamente, nos costaron 2 goles en contra. A pesar de esa fase con algo de descontrol, parecía imposible que, al descanso, con más de una docena de llegadas claras (algunas clamorosas) y teniendo controlada la parcela defensiva, se fuera perdiendo el partido, pero íbamos 2-1 abajo y gracias a que Diego se encontraba donde siempre está Raúl y aprovechó el rechace del portero a tiro de Jorge. Este gol llegó al final de los primeros 45 minutos y minimizó el daño, totalmente injusto, que el San Julián, con apenas 3 aproximaciones, había asestado al Rosario.
El equipo salió animado de los vestuarios, sabiéndose capaz de remontar y con las ideas claras. Pero otra vez, cuando nadie lo esperaba, los locales se encontraron un balón a la espalda (posiblemente en fuera de juego) y colocaban el 3-1. Increíble.
A los 10 minutos de encajar este gol el marcador reflejaba empate a 3 goles. ¿Qué cambió? Simplemente, que la pelotita empezó a entrar. El 3-2 llegó, otra vez, por mediación de Diego, que esta vez, en lugar de hacer de Raúl, hizo de él mismo y, tras una maravillosa jugada al primer toque, aprovechó una dejada de Jero para ponerla donde duermen las arañas. El empate, inmediatamente después, fue obra de Rando, pero casi todo el mérito de la jugada hay que atribuírsela a Dani Alves, perdón, a Jorge. Robó un balón en la esquina de nuestra área, empezó a dejar cadáveres por el camino mientras se cruzaba todo el campo, se apoyó en Jero para sobrepasar la última línea defensiva y, delante del portero, se la cedió a Rando que entraba como un rayo por la izquierda y sólo tuvo que empujarla. Espectacular.
A partir de ahí, el partido se puso cuesta abajo, pero había que finiquitarlo. Por una vez en el encuentro, la suerte nos sonrió y el portero demostró la categoría a la que pertence (hasta ese momento parecía Casillas en los mano a mano). Una falta colgada al área hizo que el guardameta midiera mal y dejara el balón franco a Jero que puso al equipo arriba en el marcador por primera vez en el partido. Quedaban menos de 10 minutos. El árbitro no tenía ganas de que se acabara y nos tuvo 1 hora esperando a la policía. Cuando reanudó el encuentro pasó de todo. Un gol mal anulado al Rosario, una oportunidad del San Julián para empatar y, finalmente, la sentencia, obra de Rubén al transformar un penalti cometido sobre Rando que no sé si fue.

El crack: Jorge. Un puñal por la banda que juegue y una pesadilla para cualquiera que se tope con él, tanto en defensa como en ataque.