EL RESULTADO NO ACOMPAÑÓ

UD ROSARIO 1 - 2 CD TRABUCO

Ambientazo espectacular en las Clavellinas para presenciar otro derbi más y, como el año pasado, cerrar la temporada de nuestros sénior en casa. No fue eso lo único que se repitió respecto a la temporada anterior. La primera similitud la encontramos en que no fue un encuentro con un claro dominador, sino, como suele suceder en partidos con esta carga emocional, los jugadores arriesgan menos y las defensas se suelen imponer a los ataques. El juego no fue nada fluído y en el centro del campo se miraba más hacia arriba que hacia abajo buscando el balón. Ambos conjuntos antepusieron la fuerza a la técnica.

En esta guerra de balonazos, sólo algún chispazo individual podría desnivelar el marcador. El primero que pescó (otra similitud) fue el Rosario. Rubén enganchó un despeje en la frontal del área y, sin dejar botar la pelota, la puso pegada al palo haciendo estallar de alegría a los varios centenares de saucedeños que daban colorido a las "gradas". Era el ecuador de la primera mitad y volver a ganar un derbi se encontraba más cerca, aunque muy lejos todavía.

El partido seguía por los mismos derroteros y no había ocasiones claras en ninguna de las dos porterías. Cuando parecía que con la mínima ventaja saucedeña se iba a llegar al descanso, Rafa le ganó la espalda a la defensa local y, solo ante Juan, fusiló a bocajarro. La respuesta de nuestro portero fue espectacular realizando un gran parada, pero el balón, jodidamente caprichoso, dibujó una parábola buscando, nuevamente, la portería. Entró por poco y el empate precedió al pitido del colegiado que, con algún que otro error, no influyó en el resultado final.

El segundo tiempo no sé cómo empezó porque estaba buscando bebida para el bar (coca-cola y fanta, sobre todo). Supongo que los primeros 15 minutos no variaron mucho de lo visto en los primeros 45. Con los 22 jugadores luchando cada balón y las fuerzas menguando cada vez más, cualquier despiste o alguna genialidad podrían decantar el resultado para uno u otro equipo. Se juntaron las dos cosas, porque Rafa aprovechó los espacios para, tras una buena jugada, darle el gol en bandeja a James. Tercera similitud (fatal para nosotros), el Trabuco remontaba el partido. A partir de ese momento, los visitantes sólo vivieron para defender y esperar alguna contra para sentenciar. El Rosario lo intentó hasta el último suspiro pero no veía la manera de atravesar la maraña defensiva trabuqueña. Con las fuerzas justas y un jugador menos (otra similitud) tras la expulsión de Manolo (no hay manera de que terminemos un derbi con 11), el último cuarto de hora fue un quiero y no puedo saucedeño que, aún así, tuvo algún que otro balón, más o menos claro para, por lo menos, conseguir un empate que no hubiera sido, ni mucho menos, injusto.

El partido se acabó y, como el año pasado, la victoria nos fue esquiva. Esperamos en la temporada venidera acabar con la mala racha de resultados ante nuestros vecinos (demostración de saber estar por parte de ambas aficiones) y poder celebrar una victoria.

Pensad que en ningún derbi de estos cuatro últimos han demostrado ser superiores y que todos esos partidos se han decidido por detalles puntuales. Sólo con que esos detalles nos favorezcan alguna vez, los tres puntos serán para el Rosario. No hay que desesperarse y, como he dicho alguna vez, sentirse orgullosos de la grandísima temporada que lleváis y del trabajo realizado (quiero pedir perdón, de nuevo, por el comentario que os hice al finalizar el partido). Un equipo que sólo lleva 2 años junto se codea con otros que, como el Trabuco, se conocen hasta por los pelos del cogote. Esperamos que el año que viene se repita el derbi y, esta vez sí, se consiga ganarlo.

¡¡¡¡¡¡¡¡VAMOS MI ROSARIO!!!!!!!!

PD: Esta semana no me atrevo a escribir la crónica del partido de los juveniles porque pondría cosas de las que, seguramente, me arrepentiría. Sólo decir que Antequera nos dio un repaso al ganarnos 0-4 y que, aunque parezca mentira, eso es lo que menos me dolió del encuentro.